MES MISIONERO EXTRAORDINARIO
PUERTO CARREÑO – VICHADA
“Allá van, Teresitas las llaman, por las selvas el rio y el
mar…enseñan la ciencia de amar.”
Movidas por el espíritu misionero que impulsa al apóstol,
partimos de Medellín rumbo a Bogotá el día 1 de octubre del 2019, ofreciendo el
sacrificio de no participar en la fiesta a nuestra patrona, ya que por
cuestión de pasajes debimos viajar esa fecha.
La Hna Roquelina Ladeut Ladeut, Hna Maria Noralba Rincón
Angarita, Hna Esther Solina Carmona Carmona y la Hna Ana María Giraldo Macías,
representamos nuestro Instituto de Hermanas Misioneras de Santa Teresita, que
para este año se ha propuesto volver a los lugares donde un día se hizo
presencia misionera, como es el caso del Vicariato Apostólico de Puerto Carreño..
Arribamos a la ciudad de Puerto Carreño el miércoles 2 de
octubre, nos reciben con mucho cariño y nos trasladan a las instalaciones de la
Parroquia Ermita la Divina Misericordia, durante esa tarde descansamos y en la
noche participamos de la Eucaristía en la Catedral. El día jueves nos reunimos
con el padre Carlos Fernando Uribe Vásquez, quien es el párroco y fue quien
gestionó nuestra participación en esta misión, recibimos algunas informaciones
y establecimos horarios.
Esta hermosa experiencia misionera, transcurrió entre las 4
parroquias que pertenecen a la Vicaría del Carmen, ubicadas en la zona urbana,
y lo correspondiente a Casuarito, población habitada principalmente por
indígenas y migrantes venezolanos. En general se vive mucha pobreza tanto espiritual
como material, los pobladores de esta capital no vislumbran mucho futuro, a
pesar de que la Iglesia y el Gobierno se ocupan en lo posible de buscar salida
a sus necesidades. Se percibe, por ejemplo, un buen acompañamiento de la
Pastoral social, con quienes se pudo trabajar en conjunto para brindar a los
migrantes venezolanos, un delicioso almuerzo, formación en higiene y un rato de
compartir fraterno. Otros eventos puntuales se dieron en el marco de este mes
extraordinario misionero, como son: Ciclo rosario, visita a los colegios y al
hogar de paso (asilo), Concierto Cristo al parque, momento de recreación y
reflexión en la cárcel, campamento juvenil, fortalecimiento de la asistencia
espiritual en el hospital. También nos invitaron para hacer Animación Misionera en la Policía,
Ejército y Armada Nacional.
Durante el tiempo que permanecimos en la Ermita la Divina
Misericordia, se reforzó la catequesis y la infancia misionera, especialmente
en el compartir con los niños del comedor solidario de la parroquia.
Así mismo y como evento transversal se callejeó la fe;
laicos misioneros, jóvenes y niños, sacerdotes y religiosas, salieron a la
calle para visitar las familias y darles el mensaje misionero desde el
reconocimiento de nuestra doble condición que es al mismo tiempo una tarea: la
de Bautizados y Enviados.
Sabemos que esta misión no termina, pero era necesario
volver a nuestras labores en Medellín, es por eso que el 28 de octubre
cerramos con un compartir entre todos
los agentes de pastoral y el día 29 viajamos rumbo a nuestras casas locales;
nuestros corazones volvieron agradecidos con Dios por esta experiencia, y
pedimos seguir orando para que la semilla que se logró sembrar, vaya dando
fruto en estas tierras llaneras y en todos los lugares donde se fortaleció la
misión en respuesta a la invitación del Papa Francisco.
Encomendamos estas almas nobles y acogedoras, al amparo
de María, quien nos acompañó cada mañana
en el rosario de aurora y que sin duda permanece con esta porción valiosa de la
Iglesia Católica, quienes experimentaron la dicha de saber que ¡TODOS SOMOS UNA
MISION EN ESTA TIERRA!.